"Justo Poe", seudónimo del poeta Frank Ruffino

"Justo Poe", seudónimo del poeta Frank Ruffino
"Justo Poe", seudónimo del poeta español-costarricense Frank Ruffino. Imagen: mayo 2011. También se le conoce como "Poeta Santos Paniagua".

miércoles, 9 de marzo de 2011

©Algo de nosotros












I

ALGO DE NOSOTROS


Conscientes siempre

que una palabra puede

golpear sin el más ligero

amago de provocación.


Y llevar a vista de todos

la marca del viento, desorientados

como palomas ciegas mensajeras.


II


COLEGAS POETAS:


…Tal vez el río se detenga

a hablar conmigo del poema

y me alerte diciendo

que ambos somos puntos suspensivos…


III


ALIENÍGENAS


Denlo por sentado:

nunca ofrecen entrevistas en vivo,

y que, como los vates de la vida,

siempre andarán por ahí errantes.


IV


RARO CALAMAR


Este vateman está

arrinconado

en su propia tinta.


V


ARTE DE CETRERÍA


Las mismas escaleras

transitando:

como a un niño, los oscuros ángeles

del BM me dieron licencia

para una vuelta a la esquina.

No volar más lejos

de mis ansias,

cazar solamente los versos correctos

dentro de los límites impuestos.


VI


PRESENTACIÓN DE UN POETA TROGLODITA


A la hora de mi turno

de presentarme en la Sociedad

de los Poetas,

entre damas y caballeros

en el salón festivo,

la anfitriona dijo:

el poeta lobo en persona;

lo de lobo, por sus poemas

aullantes, pero es hombre;

a ratos hasta un buen sujeto

mientras la llena y el alcohol

no saquen sus versos

más desdichados.

Venid al jardín

bajo este raro destello:

mirad lo salvaje de sus ojos…

Y para rematar su presentación

me hace caminar

alrededor de un viejo uruca,

después trotar,

y como si todos esperaran

lo propio de mí,

me pierdo en el bosque

a todo tren.


VII


ENCUENTRO CERCANO DEL TERCER TIPO


(No sé si lo soñé o esto sucedió realmente…).


A la bacanal de los poetas malditos acudió

una dama extraterrestre

en representación de su especie.

Todo fue tan secreto

que fui el único en saber

su identidad.

Rápidamente nos amamos,

luego apuramos la despedida

sabiendo que jamás habría reencuentro

porque ya nada puede ser lo mismo

después de tal éxtasis insuperable.

Pero en tan corto tiempo

congeniamos muy bien:

a ella le sobraba el nombre,

el pasado, despejar las dudas comunes

para situarse uno u otro en posición

de quién es el infusorio poderoso

o más famoso…

pues sabíamos la torpeza

intrínseca de las cosas

y de los falaces títulos humanos de sangre azul,

lo tonto que es ufanarse por tener más dinero,

más reconocimiento, más prestigio,

ser gorila albino del norte de Europa

o negrito mandingo del Congo,

o que los tíosames del Consulado

le aprueben la visa a uno para

viajar al país de los zombis…

Nada de todo eso,

ni de gratis.


VIII


SOY UNA ESCALERA ROTA


Soy una escalera rota

tirada en un solar cogido

por alimañas

y despojos humanos.

No pasan por aquí los buenos carpinteros

ni los niños atrevidos.

Soy una escalera rota puesta

a podrir a la intemperie.

Alguien seguro subió

por mis versos

y ha hecho como quien

borra el camino:

me faltan peldaños,

polillas hincan en mis costados

y ahora un ogro leñador

me ha salido al paso.

Soy una escalera rota

tirada en un solar cogido

por alimañas

y despojos humanos.


IX


VOLVER A NOMBRAR


Cambiarle el nombre

a las cosas por puro splenn.

Llamar a Luzbel, por ejemplo:

señor inocente

y al dios de los cristianos

señor mentiroso de los caramelos;

al poeta insensible,

a la montaña deprimida;

y a ti, que me haces de seguido

el hombre invisible,

carne bonita

a la putrefacción.


X


EN BREVE...


Yo sé que mis genuinos padres

son minerales;

que nací en un lugar y tiempo

desconocido del Universo:

San José 1965 después

del alienígena vapuleado en un cruz

no me dice nada,

no me ponen esos datos arreglados

y esta ciudad furiosa y etílica

en situación de saber

que había antes del big bang

y porqué después de él todo esto así.

Por eso solo voy con la poesía

sosteniéndome en vuelo precario

de vaso en vaso en nombre de la nada,

haciéndole honor a esa confusa cadena

de infinitos acontecimientos que me han traído aquí;

y ahora me endilgan un nombre falso

y perdedor, un lugar de nacimiento,

que soy poeta por andar todo cortado

con el alma como una tubería

municipal a chorro vivo,

qué soy muy autobiográfico

cuando les he recalcado

lo absurdo de los nombres,

de los arraigos, de dios o sus colegas,

del tonto amor incondicional

que para nada sirve, de los paraísos

ofrecidos como premios de consolación

para echar a los disminuidos espirituales

cuando ya estén muertos

y no puedan venir de su vertedero a reclamar

el gordo que los audaces

disfrutan placenteramente.

Yo sólo camino y troto

en mi pequeña habitación urbana

decantado por el verso,

la abeja y el crisantemo.


XI


VINI,

vidi,

vinci


15.000 millones de años

le tomó a la cosa

llegar hasta este sentimiento

ambiguo:

no voy a desperdiciar

tanto tiempo invertido

en hacer repostería poética.


XII


LA DESNUDEZ DE LA POESÍA


La Poesía se desnuda

y es su piel más atractiva

que la mujer desnuda.

Su piel es la luz.


XIII


PROFUSAS EXPRESIONES


Uno es fuego,

más que agua, aire, tierra;

cae desesperadamente

en cualquier edad del tiempo

como un inmenso lagarto

que sin luz de estrella

es de juguete.


XIV


HOMBRE


El hombre

tan solo y desnudo

como al principio.

Algunas veces me he reencontrado

reflejado en el escaparate

del gran centro comercial:

uno está solo por más que intente

disimularlo!

Haber nacido

es venir a algo

más triste y frío

que la propia muerte.


****

Del texto inédito ©“Poemas y antipoemas”, San Joaquín de Flores, 2003.

miércoles, 2 de marzo de 2011

© Versos en diciembre















Versos en diciembre,
como sombras desgarradas
vienen por palabras nuevas
en poemas que se deshacen.

Ha llovido y el agua aún guarda
la memoria de viejos caminos:
rescates sin término
destruidos por el tiempo.

Morir o vivir sin saberlo,
dominó de negras piezas
transitando un albo abismo,
sangre traicionera,
cantar y llorar sin saberlo.

Versos en diciembre,
felinas garras hiriéndolos;
blanco presagio en el cielo,
dudas, silencio,
morir o vivir sin saberlo.

***

© "Versos en diciembre". Del texto inédito: "Poemas evocados"-